¿Cómo defines a las personas que te rodean? A tus colegas, amigos, conocidos, ¿cómo los catalogas? Parece que hoy todo gira en torno a un orden simplista y binario, sin colores, simple: derecha/izquierda, arriba/abajo, blanco/negro, ¿de lado eres? Y no importa tu argumento o tu historia, si eres del otro bando eres un enemigo, quedas fuera, serás víctima de ataques, pasivamente violentos, en grupos, en vivo, online, por todos lados serás el enemigo, sin importar la persona, sin importar que incluso sea tu amigo o tu familiar. ¿Qué nos pasó?, Nos pasó que volvimos a las cavernas, donde un vestigio evolutivo nos llevaba a refugiarnos en clanes para sentirnos seguros, porque cualquier cambio es peligroso y aterra, porque tenemos miedo de todo lo que no conocemos, y si no lo conocemos no buscamos entenderlos, nos saltamos la Ilustración y millones de años de evolución, para simplemente decir que eso me da miedo, entonces eres enemigo, es más fácil como proceso mental.
En mi caso, me quedo con lo que dice el gran arquitecto Alejandro Aravena en su libro ¿Cómo vamos a vivir juntos? Basado en su intervención en la Comisión Constitucional, me quedo con la frase con la que comienza su capítulo “ser bien intencionados” (más que inmaculados), “be kind” como dicen los gringos, o como me decía un antiguo jefe: “ser buena persona es la mejor inversión”.
No sé si soy una buena persona, pero honestamente lo intento. No creo ser buena persona porque no sé ni siquiera, qué significa eso en su totalidad, creo también que es una utopía, de esas inalcanzables, como decía Eduardo Galeano, de esas que “das un paso y se aleja un paso, siempre inalcanzable y es que para eso sirve la utopía, para avanzar”.
La esencia de todo esto está en intentarlo, pero de verdad, intentar siempre ser una buena persona, y no es para nada fácil, porque es tentador no serlo, por lo visto parece que trae réditos y beneficios más rápidos, incluso económicos, “que tonto eres que no aprovechas” “si no aprovechas tú otro lo hará”… pero, ¿saben?, al final duermo tranquilo, y lo más importante, siento que estoy dejando una imagen a mi hijo como la que me dejó mi padre, más que intachable o incorruptible, que lo es, se trata de algo más, se trata de intentar honestamente, de valores, que honestamente no sé cuales son, porque van cambiando (quieran o no), porque son muchos, porque son complejos. Y aunque me seguiré equivocando en el futuro, porque es necesario equivocarse para aprender y para avanzar, lo seguiré intentando, una búsqueda épica en esta Ilíada, que nos lleva a esa búsqueda romántica del honor, de la virtud, de esa virtud épica “virtu”, una forma de ser que busca esa verdad, esa justicia, aunque a nadie le importe, porque no lo haces por otros, lo haces porque lo crees firmemente, lo haces porque sabes que es lo que corresponde, siempre.
¿Para qué sirve todo esto?, porque necesitamos volver a ser en sociedad y vivir juntos, y es tarea de todos buscarlo, construirlo, colaborar con otros que no piensan igual es fundamental para crear, para ser, no solo en tu trabajo, en tu empresa, en tu organización, sino en tu vida diaria, con tus seres queridos, desde donde emana el ser social. Si quieres una mejor sociedad, busca ser una buena persona o inténtalo, honestamente.
Gonzalo Larenas
Director Patagonia CoLab